quinta-feira, 24 de dezembro de 2015

prece de hoje



que a lua ilumine nossos caminhos no escuro
e que o sol seja farol
ponto de partida
dos nossos dias
que virão, que virão, que virão...
rompendo a janela
a me mostrar teu rosto, teu corpo,
teu semblante sereno e tranquilo
iluminado pela primeira linha de luz
que o dia desenhar




quinta-feira, 9 de maio de 2013

Para encher o coração de terra


da série Encher o coração de terra. Fotografia digital. 2012. (Foto: Caruh Spisla)


vivemos quase dois anos numa casa que nomeamos de casa laranja. era um lugar que passava despercebido pela correria cotidiana de uma rua caótica. uma casa de fundo. antiga e de grandes janelas verde escuro.
não sabíamos o que existia lá dentro, ainda que, por um vão da porta, vimos o corredor de chão cinza e um pedacinho de terra. esperamos a casa ser desocupada. fazia tempo que o menino e eu rascunhávamos a possibilidade de refugiarmo-nos juntos no coração dessa cidade, que apesar de ‘nossa’, sempre nos foi tão distante e inapreensível.
foi necessário um desprendimento meu em relação à vida familiar, e essa atitude foi a primeira cicatriz do meu passo para a pseudo-liberdade.
algo maior, dentro do peito, oscilava. como um ataque cardíaco.
a casa se encontrava caótica como a rua que a abrigava. o pedacinho de terra, do ponto de vista de quem nunca teve um, era imenso, mas precisava ser cuidado; o estado em que estava não fazia nem mato crescer. já as paredes descascavam com o mínimo ruído do vento.
hoje, percebo que esse foi meu primeiro sortilégio. morar, para mim, era igual viver aos poucos, todo dia chegava a hora. era tudo peculiar e de tanto ser, acabei sendo tudo aquilo também.
pouco a pouco os quadros iam se acumulando nas paredes; o ritmo da casa era extensão nossa. almim, o gato, mesmo que amarelo, conseguia se camuflar pelas plantas, que, inebriadamente, iam se desenvolvendo, e expandindo por todo espaço. as trepadeiras faziam caminhos, procuravam lugares para se agarrarem. por pouco tempo ficavam sujeitas a se equilibrarem no ar, e logo cresciam um pouco mais, no ritmo em que os raios de sol as atingiam.
a terra vermelha parecia ter ficado fértil de um dia para o outro.
a terra daqui é feminina.
aos poucos, os dias anunciavam outra mudança. eu passaria quase um ano fora. o que mais doía, ou talvez, a única coisa que doía, era a possibilidade de voltar e essa casa eu não poder mais adentrar. e, quando voltei o menino já não estava mais nela.

a vontade era um chão gelado sob os pés.
passava diariamente em frente da casa afim de descobrir mais sobre sua movimentação. havia uma placa de vende-se, que com chuva ou sol não mudava de lugar. seu status demorou em ser outro. e, quando mudou, meu coração apertou ainda mais. ficava sempre com a sensação de que não ia ser bom. não imaginava alguém com um dinheiro desse tamanho, habitando aquele lugar tão singular. não era para isso. e realmente não foi.
três meses depois da venda, passei com meus passos errantes pela rua. era manhã e o sol trazia uma enorme claridade. ele me cegava. congelei no meio da rua ao ver alguns homens fazendo pilhas daquelas madeiras enormes. talvez fossem perobas. quase todas já em cima do caminhão.
o muro, o portão, as paredes. caíram todos. a beleza que ali prevalecia era luzidia. e as plantas, iam deixando de serem verticais para estarem fixadas horizontalmente na terra. elas foram sendo pisoteadas pelos pés e pelas telhas jogadas lá de cima.
o mundo não caiu, nem parou, não mudou de lugar. mas o vazio que fez no meu peito atingia e tingia - de laranja - todos meus pensamentos. passei o dia reconstruindo imagens, revivendo cenas.
cadeira sem acento, tinta no tapete da sala. a beleza de gertrudes. van gogh cansado. luz do sol desenhando na parede branca. as suculentas. o lodo e os musgos acentuados após os dias de chuva. chão vermelho. corações na janela. flores amarelas, logo depois, as buchas no banheiro. a raspa da panela. louça de dias. os móveis mudando de lugar. o filósofo e os tomates cereja . o vizinho gritava e o gato desesperadamente trepava no telhado. noites de insônias. olhos atentos ao abajur queimando. as velas e o tarot espalhado pelo chão, sempre interrogando nossas ações.
as pedras. os cantos.
nossas conchas sempre em regresso para outros mares.
.

marga branca, a lua ali parecia estar mais perto da terra, ou de nós.
estar no sereno era nosso elo entre céu e terra.

o gesto dele. gesto delicado


copiosamente, a partir desse dia, fui enchendo meu coração de terra.

segunda-feira, 23 de julho de 2012

Dedicado al cielo y al infierno de todos los días



 Una cabaña, un abrigo, un rincón.
 Los rincones, tratándose de una casa, normalmente son
lugares de soledad en los cuales no nos comunicamos con el
mundo exterior. A veces ni hablamos con nosotros mismos.
Como si la comodidad, el calor, la intimidad nos apartase
de hecho de cualquier interferencia externa - lo de dentro
pasa ser lo real y lo de fuera la ilusión. Lo que no
significa que estar en un refugio estamos viviendo (o
intentando vivir) una ilusión. Tan poco la soledad que
buscamos y encontramos dentro del se refiere a una
tristeza.
Quizás sea un momento que acontece en unísono, una
constante, un flujo que se manifestase por las
sensaciones.
 No llevamos para el refugio nada que cargue mucho
significado o que tenga mucha relación con el propio
cotidiano. Estamos desnudos, casi vacíos pero dentro de
alguna estructura - que normalmente es pesada, matérica y
que afirman otras historias solamente por existir.
 El tiempo, en lo que refiere al proceso, fue el mejor
aliado; dejando resquicios e indicios de una búsqueda y
dedicación constante, de un (des)hacer. Un in(vestimento)
extraño con lo cual, después de esto (las circunstancias
por la que fue creado) no servirán para nada, sólo para el
recuerdo.
 ¿Es un espacio para perderse o encontrarse? ¿Es un
lugar con algún fin específico?
 El arte tiene como punto de partida algunas cosas
especificas, ¿pero nos lleva a cosas concretas? Si no.
¿Puede ser un indicio de que no necesitamos del mundo de
cemento?
 Baudrillard habla que el error del humano esta en el
deseo, en la ilusión para con las cosas. ¿Pero será que la
importancia (tratándose del mundo ‘real‘ y ‘virtual‘) no
está exactamente en la importancia que damos a ellas?


Si nos afectamos es porque estamos abiertos para que
exista el afecto; se nos contaminamos es porque dejamos
ser contaminados. Así con todo. El valor es nosotros que
le damos. Los otros son coadyuvantes de nuestra historia,
y aparecen como personajes que nos intentan direccionar,
conducir, cuestionar. ¿Pero hasta que punto tenemos
conocimiento (o experiencia) suficiente de nosotros mismos
(en nuestra vida) para interferir en la de los otros?
 ¿Huyo del asunto principal por no tener mas que decir o
hablo porque existe una relación? Quizás la subjetividad
está en el límite entre una cosa u otra. Y casi ya no
sabemos dónde comienza y dónde termina algo.
 Hacer una especie de casa, de morada dentro de otra estructura
(dentro de una institución) es un aproximarme y aprovecharme del espacio
de trabajo. Un ‘eternizar’ el proceso de trabajo dentro de la propia
condición de estudiante. Tal vez sea el paso que faltaba para continuar
de otra manera. Pero antes de la continuación va existir una muerte de la
construcción. Del refugio.
 Este abrigo no va ser más un lugar ‘concreto’. Estructuralmente (e
internamente) es como generar una vida y matarla en el día siguiente. O
literalmente un salir de la crisálida. Nacer.
 Lo que viene después (mismo que aún no sepamos) es (o son) vías
extensivas de lo que fuímos a poco. Lo que resta saber para seguir es se
continuamos con la repetición de todo esto que vimos y ya sabemos hacer
(camino confortable) o quizás si nos lanzamos hacía otras posibilidades
que nos retire del eje (que creamos), las cuestiones de identidad
(pensando la identidad como una circunstancia del individuo ser quien
dice ser o que piensa que es) puédanos llevar a más preguntas sobre
nosotros mismos, sobre el entorno y el arte.
 
A pesar de no vivir en el refugio pude sentir. 




quarta-feira, 11 de julho de 2012

segunda-feira, 9 de abril de 2012

quinta-feira, 1 de março de 2012

quarta-feira, 11 de janeiro de 2012


Primeiros buracos do espaço / papel queimado, e azeite de linhaça / 35 x 58 cm

Manifesto del año dos mil y doze

Ya debatimos sobre la prioridad de la luz,
sobre el fondo, sobre la materialidad,
sobre la no construcción, y llegamos abstración

En el dadaísmo la construcción se hacia por la desconstrucción
Con el futurismo los sonidos de los motores nos parecían música

Y ahora en la pos modernidad nos quejamos sobre la liquidez de todo
Sobre la artificialidad que nos lleva para una superficie superfula

Nos quejamos de los viejos
Y somos mediocres a punto de nos quejarmos de lo que nos espera - sin al menos conocerlo.

Para los pequeños artistas que piensan que el arte es el camino más facil
Para los lejanos que hablan del arte como si fuera un agujero colorido
Para los que piensan, que ya que no estan executando otras funciones en la sociedad,
el arte ojala pudera llevarlos a algún lugar...

Grito con todas mis fuerzas
y mis nervios:

el arte es una mentira,

La mentira mas sincera, que no obstante, nosotros
prototipos de hombres que somos,
creamos.

Las maquinas corren contra el tiempo
El tiempo corre contra el tiempo
Y el tiempo que perdemos por correr
Es tanto, que luego – por otras vías –
No llegamos a ningun lugar.

Sí, sí que llegamos
Llegamos en el eterio del conocimento,
al vulnerable que eres las construciones racionales, y ditatoriales.
Llegamos a no los se cuantas guerras, y quizás estamos involucrados en una otra.

No de batallas navales, no de alemanes y sus cañones.
Vivemos en un equivoco humano
En una onipresensia exagerada e inoportuna

Que a la alcance esta la cultura y a la vez, que lejos esta de ayudarnos

No miramos para los lados, si no es por motivos que nos interese
Y la inutilidad del egoismo, sólo nos lleva a alejarmos de la esencia.

A solidificarnos en un ser vivo que no conoce el mar en su totalidad
Que no sabe que a partir de ello se hacen divisiones invisibles,
y que debajo de los ríos, siempre hay otros ríos que corre en direción contraria del otro.

Creo que para escribir un manifesto, tenemos que estar desnudos a punto de vivir el arte y no sólo percibirlo.
Queremos el arte:
¡Vestida o desnuda!
El impacto que nos haga querer
y deshacer:

Para reiventar nuestra manera de mirar...
Y hacer el todo para conseguir ver con los dos pequeños ojos que tenemos

¡Queremos tener lo que no tenemos ni tendremos!

No pidamos sillas sólo porque tenemos los pies cansados
(de ver los cuadros en los museos)

¡Pidámos terreno!

Y que sepamos caminar en ellos con la dignidad de hacernos nuevos cada día

Que no queramos matar todos los artistas ya muertos,
por lo cotrario, que sepamos disfrutarlos
como quien come por primera vez una fruta desconocida

Y que partir de esta tal inteligencia tactil,
podámos llegar al punto culmine de nuestra estupidez e ignorancia!

Y solo así derretir las piezas del ajedrez que insistimos en jugar.

Aúnque en el final, nunca sepamos quien come a quien...

a esta función se le llama sol
o alma,
y es esta la que nos hace transciender los limites del cemento!

Entrelineas, entre comas, exclamaciones y principalmente interrogaciones
podemos notar que el imposible solo es imposible porque no queremos ver las posibilidades.

Sea como sea,
el arte es el camino mas tenue para vivir,
es perigloso
y sin embargo, es el camino que para algunos, es el mas inutil,
pero que para nosotros,
nos parece
y nos permite
llegar lo más proximo de nostros mismos.

Esto no se refiere solamente a una busqueda interior,
pero tampoco a un conociemento que no caben en los libros,
no caben mas en los museos, mucho menos en la calle,
o en las intituiciones, impregnadas de superiores que solo se hacen así, por doctores que son.

Esto se refere a experiencia del equivoco
De luchar contra nosotros mismos.
Y para quien piensa que en el principio se hizo el verbo,
sepa que en el principio se hizo la luz,

y de ella, los matices que hoy determinamos
composición y arrebatamiento.

terça-feira, 6 de dezembro de 2011

Exposição In Corporeo

Vianda
Acrílico sobre tela
170 x 100 cm . 2011





O abrigo dos sentidos II
Zinco . dimensões variadas . 2010





O abrigo dos sentidos I
Metal . 98 x 95 x 50 cm . 2010

Ao fundo trabalhos de Margarida Holler Margot.







No solo trabalho de Margarida Holler Margot.







segunda-feira, 10 de outubro de 2011

Jedes Dasein sheint in sich rund

Acción Íntima

En principio, tenía la idea de hacer (construir) un gran objeto, donde necesitaría más tiempo para su construcción como para la apropiación de los materiales.

El objeto tenía la misma forma que resultó este trabajo: que son hechos con pétalas de rosa y pegamento. Pero la dimensión sería mucho más extensa.

Con este medio pienso en el efímero, en el tiempo que se encuentra presente en nuestro cotidiano y también en la vida de las plantas. Me interesan sus colores, que poco a poco se pierden, cambian con la descomposición y por veces desaparecen.

Después que crié los objetos, comiese pensar en su funcionamiento junto a algún entorno (natural o no). Pensando posibilidades de actívalo y potencializarlo en algún sitio. Me deparé con la dificultad de sus dimensiones, donde en todos los lugares que colocará se perdían (porque son demasiados pequeños). Entonces comprendí que la fotografía seria el medio para elles funcionaren, y así, estibe cambiándolos de lugares. Está acción se repite y junto con esto cada fotografía cambia, conforme su entorno. Los colores se activan, acontecen de otro modo. La forma funciona de maneras distintas en cada lugar – y esto me interesa.

Pero tengo muchas dudas sobre esta acción, pienso que es un primero contacto para pensar o entorno natural, mas no es un trabajo finalizado. Creo que fue el primero paso en la arena movediza.

segunda-feira, 3 de outubro de 2011

segunda-feira, 18 de julho de 2011

processo útero II













O abrigo dos sentidos



“O abrigo dos sentidos II”, zinco, 90 x 60 x 28 cm | 2010.












“O abrigo dos sentidos I”, metal, 96 x 69 x 19 cm | 2010.





Vianda: o isolamento e o desdobramento da forma

O isolamento entra em questão também como meio de abrir as perspectivas para além da relação especular, segundo Deleuze (2007,12), “Isolar é, então, o modo simples, necessário, embora não suficiente, de romper com a representação, interromper a narração, impedir a ilustração, liberar a figura: para ater-se ao fato.” Ao longo de toda a pesquisa, para as formas percebidas em pintura, desenho, objetos, sempre fui a modelo, entretanto, na produção recente, o caráter identitário se dilui na “liberação da figura”, a partir não só de seu isolamento, como também das dimensões na produção atual.

O trabalho passa a circular entre o lugar da negação, da subversão dos valores, do olhar monstruoso que tangencia a especulação do obsceno, da repulsão e do que é esperado para esse determinado lugar.

A especulação de valores e do obsceno é direcionada pela sociedade, que determina o que pode e o que não pode, o que é bom ou ruim para se olhar. Essa especulação é sustentada sem ser interrogada ou reformulada. As pinturas podem suscitar questões que coloque, de alguma maneira, em xeque determinados valores. É em gestos, na articulação do espaço, e na expansão dele, que trago um tipo de ressignificação, tanto no que se refere à figura, quanto à presença dela no mundo e todos os possíveis desdobramentos derivados, ativando, a relação que temos com o dado objeto.

sexta-feira, 3 de junho de 2011

velado

: onde o ínfimo tornou-se recluso, mais ainda escondido - esconderijo.
o objeto em um lugar nublado - restando à memória dele, a passagem; o resto que de alguma maneira se conecta na questão chave - este lugar tornou-se estância do contínuo.

sábado, 30 de abril de 2011

útero

útero. madeira e pó de serra. 40 x30 x 40 x 30 cm. | 2010.

domingo, 21 de novembro de 2010

gineceu,
acrílica s/ tela
160 x 85 cm






díptico, sem título,
acrílica s/ tela já pintada
147 x 61,5
145 x 85 cm
sem título,
acrílica s/ tela já pintada
147 x 80,5 cm



sem título,
acrílica s/ tela já pintada
147 x 80,5 cm




sem título,
acrílica s/ tela já pintada
71 x 66 cm



sem título,
acrílica s/ tela já pintada
71 x 66 cm

estudos
















retirado do diário,

grafite e oléo de linhaça s/ papel
14,5 x 21 cm cada página
























retirado do diário (estudos de flor),

grafite s/ papel
14,5 x 21 cm cada página
























retirado do diário (estudos de flor),

grafite s/ papel
14,5 x 21 cm cada página
























retirado do diário,
caneta nanquim s/ papel
14,5 x 21 cm cada página






estudos

retirado do diário,
aquarela e grafite s/ papel
21 x 29,5 cm cada página






sem título,
aquarela e ecoline s/ papel
20,5 x 27 cm


















sem título,
aquarela e ecoline s/ papel
20,6 x 29,5 cm


estudos





















sem título,

aquarela e ecoline s/ papel
21 x 27 cm









retirado do diário,
aquarela, ecoline e grafite s/ papel
21 x 29,5 cm

















sem título,
aquarela e ecoline s/ papel
24 x 19 cm





















sem título,
aquarela e ecoline s/ papel
18 x 19 cm