segunda-feira, 23 de julho de 2012

Dedicado al cielo y al infierno de todos los días



 Una cabaña, un abrigo, un rincón.
 Los rincones, tratándose de una casa, normalmente son
lugares de soledad en los cuales no nos comunicamos con el
mundo exterior. A veces ni hablamos con nosotros mismos.
Como si la comodidad, el calor, la intimidad nos apartase
de hecho de cualquier interferencia externa - lo de dentro
pasa ser lo real y lo de fuera la ilusión. Lo que no
significa que estar en un refugio estamos viviendo (o
intentando vivir) una ilusión. Tan poco la soledad que
buscamos y encontramos dentro del se refiere a una
tristeza.
Quizás sea un momento que acontece en unísono, una
constante, un flujo que se manifestase por las
sensaciones.
 No llevamos para el refugio nada que cargue mucho
significado o que tenga mucha relación con el propio
cotidiano. Estamos desnudos, casi vacíos pero dentro de
alguna estructura - que normalmente es pesada, matérica y
que afirman otras historias solamente por existir.
 El tiempo, en lo que refiere al proceso, fue el mejor
aliado; dejando resquicios e indicios de una búsqueda y
dedicación constante, de un (des)hacer. Un in(vestimento)
extraño con lo cual, después de esto (las circunstancias
por la que fue creado) no servirán para nada, sólo para el
recuerdo.
 ¿Es un espacio para perderse o encontrarse? ¿Es un
lugar con algún fin específico?
 El arte tiene como punto de partida algunas cosas
especificas, ¿pero nos lleva a cosas concretas? Si no.
¿Puede ser un indicio de que no necesitamos del mundo de
cemento?
 Baudrillard habla que el error del humano esta en el
deseo, en la ilusión para con las cosas. ¿Pero será que la
importancia (tratándose del mundo ‘real‘ y ‘virtual‘) no
está exactamente en la importancia que damos a ellas?


Si nos afectamos es porque estamos abiertos para que
exista el afecto; se nos contaminamos es porque dejamos
ser contaminados. Así con todo. El valor es nosotros que
le damos. Los otros son coadyuvantes de nuestra historia,
y aparecen como personajes que nos intentan direccionar,
conducir, cuestionar. ¿Pero hasta que punto tenemos
conocimiento (o experiencia) suficiente de nosotros mismos
(en nuestra vida) para interferir en la de los otros?
 ¿Huyo del asunto principal por no tener mas que decir o
hablo porque existe una relación? Quizás la subjetividad
está en el límite entre una cosa u otra. Y casi ya no
sabemos dónde comienza y dónde termina algo.
 Hacer una especie de casa, de morada dentro de otra estructura
(dentro de una institución) es un aproximarme y aprovecharme del espacio
de trabajo. Un ‘eternizar’ el proceso de trabajo dentro de la propia
condición de estudiante. Tal vez sea el paso que faltaba para continuar
de otra manera. Pero antes de la continuación va existir una muerte de la
construcción. Del refugio.
 Este abrigo no va ser más un lugar ‘concreto’. Estructuralmente (e
internamente) es como generar una vida y matarla en el día siguiente. O
literalmente un salir de la crisálida. Nacer.
 Lo que viene después (mismo que aún no sepamos) es (o son) vías
extensivas de lo que fuímos a poco. Lo que resta saber para seguir es se
continuamos con la repetición de todo esto que vimos y ya sabemos hacer
(camino confortable) o quizás si nos lanzamos hacía otras posibilidades
que nos retire del eje (que creamos), las cuestiones de identidad
(pensando la identidad como una circunstancia del individuo ser quien
dice ser o que piensa que es) puédanos llevar a más preguntas sobre
nosotros mismos, sobre el entorno y el arte.
 
A pesar de no vivir en el refugio pude sentir. 




quarta-feira, 11 de julho de 2012

segunda-feira, 9 de abril de 2012

quinta-feira, 1 de março de 2012

quarta-feira, 11 de janeiro de 2012


Primeiros buracos do espaço / papel queimado, e azeite de linhaça / 35 x 58 cm

Manifesto del año dos mil y doze

Ya debatimos sobre la prioridad de la luz,
sobre el fondo, sobre la materialidad,
sobre la no construcción, y llegamos abstración

En el dadaísmo la construcción se hacia por la desconstrucción
Con el futurismo los sonidos de los motores nos parecían música

Y ahora en la pos modernidad nos quejamos sobre la liquidez de todo
Sobre la artificialidad que nos lleva para una superficie superfula

Nos quejamos de los viejos
Y somos mediocres a punto de nos quejarmos de lo que nos espera - sin al menos conocerlo.

Para los pequeños artistas que piensan que el arte es el camino más facil
Para los lejanos que hablan del arte como si fuera un agujero colorido
Para los que piensan, que ya que no estan executando otras funciones en la sociedad,
el arte ojala pudera llevarlos a algún lugar...

Grito con todas mis fuerzas
y mis nervios:

el arte es una mentira,

La mentira mas sincera, que no obstante, nosotros
prototipos de hombres que somos,
creamos.

Las maquinas corren contra el tiempo
El tiempo corre contra el tiempo
Y el tiempo que perdemos por correr
Es tanto, que luego – por otras vías –
No llegamos a ningun lugar.

Sí, sí que llegamos
Llegamos en el eterio del conocimento,
al vulnerable que eres las construciones racionales, y ditatoriales.
Llegamos a no los se cuantas guerras, y quizás estamos involucrados en una otra.

No de batallas navales, no de alemanes y sus cañones.
Vivemos en un equivoco humano
En una onipresensia exagerada e inoportuna

Que a la alcance esta la cultura y a la vez, que lejos esta de ayudarnos

No miramos para los lados, si no es por motivos que nos interese
Y la inutilidad del egoismo, sólo nos lleva a alejarmos de la esencia.

A solidificarnos en un ser vivo que no conoce el mar en su totalidad
Que no sabe que a partir de ello se hacen divisiones invisibles,
y que debajo de los ríos, siempre hay otros ríos que corre en direción contraria del otro.

Creo que para escribir un manifesto, tenemos que estar desnudos a punto de vivir el arte y no sólo percibirlo.
Queremos el arte:
¡Vestida o desnuda!
El impacto que nos haga querer
y deshacer:

Para reiventar nuestra manera de mirar...
Y hacer el todo para conseguir ver con los dos pequeños ojos que tenemos

¡Queremos tener lo que no tenemos ni tendremos!

No pidamos sillas sólo porque tenemos los pies cansados
(de ver los cuadros en los museos)

¡Pidámos terreno!

Y que sepamos caminar en ellos con la dignidad de hacernos nuevos cada día

Que no queramos matar todos los artistas ya muertos,
por lo cotrario, que sepamos disfrutarlos
como quien come por primera vez una fruta desconocida

Y que partir de esta tal inteligencia tactil,
podámos llegar al punto culmine de nuestra estupidez e ignorancia!

Y solo así derretir las piezas del ajedrez que insistimos en jugar.

Aúnque en el final, nunca sepamos quien come a quien...

a esta función se le llama sol
o alma,
y es esta la que nos hace transciender los limites del cemento!

Entrelineas, entre comas, exclamaciones y principalmente interrogaciones
podemos notar que el imposible solo es imposible porque no queremos ver las posibilidades.

Sea como sea,
el arte es el camino mas tenue para vivir,
es perigloso
y sin embargo, es el camino que para algunos, es el mas inutil,
pero que para nosotros,
nos parece
y nos permite
llegar lo más proximo de nostros mismos.

Esto no se refiere solamente a una busqueda interior,
pero tampoco a un conociemento que no caben en los libros,
no caben mas en los museos, mucho menos en la calle,
o en las intituiciones, impregnadas de superiores que solo se hacen así, por doctores que son.

Esto se refere a experiencia del equivoco
De luchar contra nosotros mismos.
Y para quien piensa que en el principio se hizo el verbo,
sepa que en el principio se hizo la luz,

y de ella, los matices que hoy determinamos
composición y arrebatamiento.